… se pusieron en marcha de nuevo mis 2 agujas. Lo de “encargo” habría que verlo, porque en realidad lo que hice fue preguntarle a mi marido, nada fan de este accesorio, que si le hacía una bufanda se la iba a poner.
Al no recibir un no rotundo por respuesta, a ello me puse sobre todo porque quería aprender a hacer “ochos”, y no me digais que no hay nada más masculino y abrigadito que una bufanda de “ochos”.
Lo de tejer “ochos” no tiene, como ya me habían advertido, ninguna complicación, contrariamente a lo que yo pensaba. Eso sí, quizás por falta de manejo, desheché trabajar con la aguja auxiliar (de la que se me escurrián los puntos continuamente) y me resultó mucho más útil un imperdible de los que se usan para guardar los puntos. Puedo decir que la técnica base la domino, la más sencilla, pero ya le tengo echado el ojo a varios modelos de este libro de Lynne Watterson, que os recomiendo:
La he tejido con la calidad Top Merino de Lanas Stop (52 % lana superwash – 48 % acrílico) y agujas del 6 en el color 101 (gris pardo…); 2 madejas ( de 100 gr. cada una, 125 m. aprox) para que quede bien larga y cumplidita y pueda darme varias vueltas al cuello.
Y digo bien “DARME” porque el destinatario inicial, a pesar de la que está cayendo estos días, no se ha dignado a estrenarla, así que, me la he adjudicado.
En el fondo, sabía que esto iba a pasar ;)